Palabras reflexivas sobre la vida, y Almuñécar, escritas por Marianne Kummel-Kunnas.

Hay ciertos eventos en la vida que son tan perturbadores y conducen a cambios tan grandes que dividen la vida en ANTES y DESPUÉS. Estoy seguro de que tienes algunos ejemplos en los que pensarás de inmediato. Pueden ser cosas agradables como cuando nacieron los bebés, pero también puede ser una pérdida de algún tipo, una enfermedad grave u otro tipo de crisis. En el futuro, ciertamente también hablaremos sobre el antes y el después de la pandemia de COVID-19.

Para mí y mi esposo, fue la enfermedad lo que se convirtió en un punto de inflexión. ANTES, estábamos atrapados en la rueda de ardilla de muchas maneras. Hubo sueños de inviernos al sol, pero no hicimos nada para hacerlos realidad. Pero cuando la vida llega a su fin repentinamente, puede pasar cualquier cosa. Para nosotros supuso unas decisiones no características para nosotros, con la consecuencia de que de repente estábamos en Almuñécar con un contrato de alquiler de 6 meses en el bolsillo, y también como “recién nacidos” Guías turísticos.

Nuestro DESPUÉS nos ha dado lo mejor de ambos mundos, invierno en casa en la Costa Tropical y verano en casa en Finlandia. Miro con gratitud el hecho de haber aterrizado en Almuñécar. Es un lugar en la Tierra que puede curar mucho. Aquí construimos una nueva vida cotidiana, encontramos nuevos amigos, y un ambiente abierto e inclusivo entre norteños como sexitanos, como se llama a los habitantes de la ciudad. Aquí podemos encontrar todo lo que necesitamos.

Almuñécar es un pueblo pequeño y adorable alejado de los grandes flujos turísticos de la región nórdica. Pero aquellos de nosotros que hemos encontrado nuestro camino aquí (y regresado) sentimos que hemos encontrado un tesoro: una ciudad genuina, amigable y hermosa, entre montañas y mar. Una ciudad que tiene mucho que ofrecer y que en muchos sentidos muestra su aprecio por sus visitantes de invierno. Después de todo, el turismo es una importante fuente de ingresos, así como la agricultura tradicional con aguacate, mango, chirimoya y más frutas tropicales.

Si me preguntas hoy qué es lo mejor de Almuñécar, te responderé la cercanía al mar, a la montaña y las tardes cálidas por los paseos de la playa o en el pueblo antiguo. No puedo tener suficiente de ponerme los zapatos y salir a pasear o caminar por la montaña.

Pero otro día, probablemente podría responder a la tranquilidad, el ritmo de vida, la vida de balcón y terraza, la sensación de solo ser. Sentarse y disfrutar del mediterráneo azul, sentir el calor de la piel y una bebida refrescante en la lengua.

Y si me preguntas por tercera vez, mi respuesta sería la generosa cantidad de cultura en Almuñécar y en Andalucía. La Casa de la Cultura en nuestra ciudad es un fenómeno. Si a ti, como a mí, te interesa la historia, hay tanto que ver y aprender solo en la provincia de Granada, por no hablar de toda Andalucía.

Si quieres saber más, creo que será mejor que vengas a ver y experimentar con tus propios ojos y mente. No te arrepentirás y creo que también empezarás a pensar en el mismo sentido si ANTES y DESPUÉS Almuñécar pasa a formar parte de tu vida.

Marianne Kummel-Kunnas

KalliopejaRESOR

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“Esta publicación es una colaboración no remunerada con KalliopejaRESOR”